Las claves: el buen uso del agua y el aumento de la productividad
Los cultivos de limón y pomelo son un modelo en el aprovechamiento y la gestión óptima del agua de riego gracias a las inversiones materializadas en infraestructuras de almacenamiento y distribución. De esta manera, el 84% de la superficie cultivada utiliza sistemas de riego localizado, haciendo un uso más eficiente de los recursos hídricos y nutritivos de las plantas. Tal situación ha conseguido aumentar la productividad, provocando que las huella hídrica del limón y el pomelo español sea actualmente 173 m3/t inferior a la del año 1990 (un 39% menos) en el caso del limón y de 119 m3/t (un 36,9% menos) en el caso del pomelo.
No obstante, y a pesar de los datos positivos que se recogen en el citado informe, los productores españoles de limón y pomelo continúan trabajando para reducir todavía más su huella hídrica, aumentando las inversiones en tecnologías de agricultura de precisión para maximizar la productividad y minimizar el uso del agua con técnicas como el monitoreo del agua en el suelo, la colocación de plásticos de acolchado en las líneas de cultivo, la cubrición de balsas de riego o la reducción en el uso de insumos, entre otras.
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