17 de julio de 2016
Bruselas 27 de junio de 2016.- Las organizaciones que representan al sector citrícola español –producción, cooperativas y comercio privado- acompañadas de sus homólogos del resto de países productores participaron el jueves 23 de junio en el Grupo de Previsión de Mercados de Cítricos, con los responsables de la Comisión.
Durante la reunión protestaron unánimemente por la iniciativa de la Comisión presentada a los Estados miembro en la sección de Sanidad Vegetal del SCOPAFF, que abre el debate sobre la modificación de los Anejos de la Directiva 2000/29 de sanidad vegetal. Explicaron que dentro del documento circulado por la Comisión se plantean cambios que son un paso atrás en el camino de la seguridad fitosanitaria de los cítricos europeos y agravan el riesgo de que nuevas y peligrosas plagas se establezcan en la Unión ocasionando gravísimos perjuicios sobre las plantaciones.
El cuestionamiento del sector citrícola se ha centrado en este caso en dos puntos:
El sector ha criticado esta iniciativa que, de seguir adelante, resultaría inexplicable y sería incoherente con el acuerdo recientemente alcanzado entre Consejo de Ministros y el Parlamento Europeo a favor del refuerzo de la protección fitosanitaria de la UE frente al riesgo de contagio de plagas de países terceros, en el marco de la tramitación del Reglamento Protección fitosanitaria en frontera.
Así lo denunciaron la semana pasada varios eurodiputados en el Parlamento Europeo, tanto mediante la pregunta escrita que han formulado a la Comisión, como en su intervención en la sesión de la Comagri celebrada el lunes 20 de junio.
Por otra parte, se ha reprochado a la Comisión que abra este tipo de debates en vez de ceñirse a las conclusiones de la AESA, Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, quien, precisamente acaba de publicar su evaluación de las nuevas evidencias científicas aparecidos desde 2014, llegando a ratificar su opinión ya publicada en 2014 sobre los riesgos de contagio de la Mancha Negra en la UE. Un informe que debería invitar a que las administraciones refuercen y no relajen los sistemas de protección en frontera instaurados en 2014.
Los participantes en la reunión han declarado que confían en que la Comisión descarte ese tipo de opciones, retome y fortalezca la estrategia marcada en 2014, y no ceda a las presiones de importadores, comercio o industriales, sacrificando la seguridad de 600.000 hectáreas de plantaciones citrícolas europeas y todo de lo que depende de ellas, en términos medioambientales, de empleo, de economía agraria y de la industria asociada y de actividad exportadora.
A corto plazo, se le ha pedido que trabaje en la coordinación y armonización de los servicios de inspección en frontera del resto de EEMM, principalmente en los puertos de Holanda y Reino Unido, y que establezca una estrategia de protección coordinada desde Bruselas.
Finalmente han reclamado –como ya hicieron mediante la carta dirigida en mayo al Presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker- que se prepare desde ya una reacción automática para 2016, de forma que, a la primera interceptación de fruta contaminada en la campaña de importación de cítricos incipiente, se decrete el cierre cautelar de la frontera de la Unión.